Consideraciones y Retos: Sistema Carretero Concesionado en México

Consideraciones y Retos: Sistema Carretero Concesionado en México

A corto plazo, México como muchos otros países, deberá enfrentar diversas contingencias que presentará el Sistema de Autopistas de Cuota Concesionadas.

Un Sistema de Autopistas de Cuota desarrollado en dos grandes épocas, que a la fecha está envejecido y presenta por su edad promedio, desgaste y niveles de operación poco eficientes, debido la degradación acelerada de la red por un considerable rezago acumulado de conservación.

Actualmente, la longitud de la red de autopistas es de alrededor de los diez mil kilómetros[1], con una participación del 24% del total de la longitud de la Red Nacional Carretera que es de casi 400 mil kilómetros.

Su administración y/o su operación están a cargo de diversas entidades públicas y privadas, tales como Concesionarios Privados, Banobras (Fonadin, Capufe) y Gobiernos Estatales.

En su primera etapa (1987-1994), la Secretaría de Comunicaciones y Transportes otorgó un total de 52 concesiones de autopistas. De ellas, 37 fueron para construir, explotar y conservar autopistas nuevas, incluyendo algunas obras para modernizar vías existentes. Catorce se asignaron para modernizar carreteras en servicio, explotarlas y conservarlas y una se otorgó sólo para explotar y conservar una vía en operación.

Del total de concesiones, 29 se otorgaron al sector privado, por un total de 3,317 kilómetros. Otras 19 se concedieron a Gobiernos Estatales con un total de 1,506 kilómetros. Además, 4 concesiones se otorgaron a instituciones financieras del sector público, con una longitud de 414 kilómetros. La extensión total desarrollada mediante estas concesiones fue de 5,237 km.

Para la segunda etapa (2003 a la fecha), se puso en marcha un nuevo Esquema de Asociaciones Público-Privadas (APP’s) para el desarrollo carretero de México, compuesto por tres grandes modelos llamados, el de Concesiones, el de Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) y el de Aprovechamiento de Activos, (este último puesto en marcha durante 2007).

El Esquema de APP’s, surge de la necesidad de acelerar el desarrollo de proyectos de infraestructura carretera resultado de la escasez de recursos presupuestales. La puesta en marcha de este esquema, facilito la apertura de oportunidades a la inversión privada, la modernización de los principales ejes troncales y disponer de autopistas de altas especificaciones que reducen los costos asociados al transporte y mejoran el traslado de bienes y pasajeros a lo largo y ancho del país.

A la fecha, en este Esquema de APP’s, se han otorgado 29 concesiones en los tres modelos. Dieciocho han sido para construir, operar, explotar y conservar. Siete (Contratos de PPS) para modernizar carreteras existentes. Cuatro de Aprovechamiento de Activos para explotar y conservar las autopistas que componen el paquete.

De las veintinueve concesiones señaladas, 18 son del Modelo de Concesiones con una longitud de 1,306 kilómetros. Para el Modelo de PPS se otorgaron 7 contratos con una longitud de 605 kilómetros. Cuatro paquetes (18 autopistas) para el Modelo de Aprovechamiento de Activos con una longitud de 1,618 kilómetros. Para un total de 3,529 kilómetros.

Como puede observarse, el promedio de edad del Sistema de Autopistas de Cuota Concesionadas, es de alrededor de los 32 años, lo que nos lleva a considerar que independientemente del vencimiento y la posible renovación del Título Concesión, la infraestructura existente está por finalizar su vida útil.

Acciones a realizar – Sistema de Autopistas de Cuota Concesionadas

El gobierno federal deberá diseñar junto con los diferentes actores relacionados con las autopistas de cuota, una serie de planes y programas sobre modernización o bien reconstrucción de la infraestructura concesionada, para realizar las tareas de conservación mayor de toda las autopistas que así lo requieran y que además se ajusten incluso al crecimiento del tráfico del autotransporte y del movimiento de carga y pasajeros que viene incrementándose durante los últimos años y seguirá intensificándose en el futuro, así como ajustarse a los avances tecnológicos sobre la evolución del autotransporte en materia de consumos de combustible, herramientas de navegación, cambio climático y aprovechamiento de las tecnologías de la información y comunicaciones con lo que actualmente se están equipando (GPS).

Entre las variables que deberán considerarse destacan las siguientes:

  • Reconstrucción de secciones estructurales de la autopista,
  • Aumento en la capacidad de tráfico urbano y mejora en su administración,
  • Ampliar la cobertura de las autopistas en todo el territorio,
  • Mejorar y aumentar la seguridad,
  • Adaptarse a las nuevas tecnologías disponibles para el autotransporte,
  • Mejorar la resistencia y disminuir su vulnerabilidad a los efectos por el cambio climático, y
  • Financiamiento de autopistas.

Podemos detenernos a detallar cada uno de las variables señaladas, sin embargo, sabemos que para algunas de ellas disponemos de las herramientas, los conocimientos y la experiencia para afrontarlos. Sin embargo, hay otras como los avances en el manejo de automóviles, que dependen completamente de los progresos en la tecnología, como por ejemplo, el GPS, el Big Data, los escáner láser, los sensores ultrasónicos y de radar, las cámaras a bordo, etc. Esta tecnología de última generación hace posible el funcionamiento de los vehículos autónomos.

No basta con disponer de lo último en tecnología para el autotransporte, sino que será necesario también que se modifique la ley y los reglamentos de operación del autotransporte, que en este momento lo están ya realizando en algunos países. Como ejemplo podemos citar que en Alemania en breve estará permitido delegar durante cierto tiempo la responsabilidad del control de la conducción al vehículo.

Todas estas nuevas tecnologías con las que contarán los vehículos tendrán la capacidad de alterar las operaciones y el rendimiento de la seguridad de todo el sistema de autopistas. Por estas razones, el Sistema deberá a muy corto plazo, adaptarse al cambio de las capacidades de los vehículos, destinando las inversiones necesarias con la inclusión de estándares que lleven las vías a desarrollarse como lo requieren las nuevas generaciones del autotransporte y los usuarios de las autopistas.

Las tareas que serán necesarias considerar para estar en posibilidades de atender los nuevos requerimientos del autotransporte así como de los usuarios de las vías de comunicación, concurrirán en la necesidad de contar con los recursos presupuestales necesarios, lo que nos lleva a preguntarnos, ¿de dónde se obtendrán?

Cada nueva administración destina más y más recursos para la conservación y mantenimiento de la infraestructura carretera federal y de caminos rurales. Basta citar que para el presente año se dispondrán de 78 mil millones pesos; sin contar otros proyectos como el Programa de Pavimentación de Caminos a Cabeceras Municipales Indígenas, que durante 2019 tiene como objetivo, alcanzar alrededor de los 685 kilómetros, con una inversión estimada en poco más de dos mil 230 millones de pesos, comunicando las primeras 50 cabeceras municipales que no tienen camino pavimentado; y, a largo de la administración al resto, con una meta de más de 300 cabeceras en los estados de Chiapas, Chihuahua, Durango, Guerrero y Oaxaca.

También existe el Fideicomiso Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) que apoya el desarrollo de infraestructura en diversas áreas, como construcción, conservación, operación y transferencia de proyectos de infraestructura con impacto social o rentabilidad económica o financiera, en los que participe el sector privado.

Sin embargo, no existe un Programa de Mantenimiento o Fondo Vial, que apoye la reconstrucción, modernización y equipamiento para el Sistema de Autopistas de Cuota Concesionadas, que como ya lo comentamos, está en promedio completando su vida útil (30 años).

Es importante comentar que el Título de Concesión de cada autopista, obliga a la Concesionaria establecer un Fondo de Conservación con los recursos provenientes de la Explotación de la Vía Concesionada y que los recursos obtenidos, única y exclusivamente podrán ser ejercidos para conservar la Vía Concesionada en condiciones que cumplan con los niveles de servicio establecidos en el Título de Concesión.

En todo caso, el Fondo comentado únicamente como puede verse, se refiere al mantenimiento y conservación de la vía, no así para la reconstrucción mayor del bien y para el equipamiento tecnológico como Sistemas de Transporte Inteligente (ITS), que requerirá la vía por la exigencia de ofrecer más y mejores servicios, herramientas de navegación entre otros que el autotransporte y los usuarios demandarán, además de los servicios conexos, como estaciones de servicio para el transporte eléctrico, etc.

Recomendaciones clave – Sistema de Autopistas de Cuota Concesionadas

El gobierno federal deberá crear un Programa de Reconstrucción y Rehabilitación del Sistema de Autopistas de Cuota concesionadas. Este Programa deberá tener como objetivo realizar la reconstrucción de pavimentos deteriorados, incluidos sus cimentaciones, las estructuras de puentes; aumentar la capacidad física y de operaciones y capacidades de gestión de la demanda, así como el equipamiento de última generación en materia de tecnologías aplicadas en la operación de autopistas.

Lo anterior, nos lleva nuevamente a que el gobierno federal deberá trabajar en este programa de la mano con los involucrados en infraestructura carretera concesionada.

En este tema, podemos decir que una de las figuras que serán relevantes para realizar las tareas descritas de reconstrucción y equipamiento, serán las de Agente Administrador Supervisor (AAS) y Supervisor Externo de Operaciones (SEO) que actualmente gracias a su importante papel en la gestión de la operación de la infraestructura carretera concesionada en México, tienen el conocimiento (know-how) y la experiencia de la situación estructural de cada autopista, además de las necesidades de equipamiento que se requieren para atender las necesidades actuales y futuras del autotransporte y de los usuarios de las autopistas.

Como ya se enunció, ¿de dónde saldrán los recursos para la puesta en marcha de este Programa?

El gobierno federal en su carácter de responsable de los bienes de la nación, deberá organizar con una visión integral la estrategia y las tareas a realizar para hacer frente a este reto que se tiene y  que será necesario emprender en breve.

Opciones financiamiento

No sabemos con precisión si están agotadas todas las opciones de como allegarse de recursos para este tipo de tareas no consideradas, que tampoco sabemos el monto requerido para realizarlas, eso lo sabremos en su momento al tener los resultados del Programa de Reconstrucción y Rehabilitación del Sistema de Autopistas de Cuota concesionadas. Así como el valor actualizado de reposición de la Red de Autopistas ($/km).

Inconvenientes a corto plazo:

  1. Aumentar el impuesto federal sobre combustible. Improbable; si consideramos el compromiso de no aumento al precio de las gasolinas por esta administración,
  2. Ajustar el impuesto en base en la inflación y los cambios de los vehículos en el ahorro de combustible (poco probable), y
  3. Fijar tarifas con criterios comerciales y de optimización de ingresos

Para garantizar que el compromiso a mediano y largo plazos el gobierno federal no se vea amenazado por la disminución de los ingresos del impuesto sobre el combustible a medida que la flota de vehículos y sus fuentes de energía evolucionen, se debe preparar para emplear nuevos mecanismos de financiamiento federal y estatal, como la aplicación de peajes o cargos por milla a los usuarios del Sistema de Autopistas de Cuota.

También conocer las demandas actuales para la ampliación y cobertura del Sistema de Autopistas, con el fin de solventar su problemática económica, social y ambiental, mediante procesos de consulta con la participación de los tres órdenes de gobierno, los usuarios de las autopistas y el público en general.

Programa con Objetivos, Metas y Estrategias que el gobierno deberá incluir en su Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024; o bien, en el Programa de Infraestructura para la presente administración.

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